No, no y no. La libertad que nos condiciona
Escrita por: Valentina Muñoz.
Ajustes, falta de gestión y poco compromiso. Las infancias y adolescencias de Río Negro cada vez con menos oportunidades.
Hace exactamente 26 años se realizaba por primera vez el programa “Esquí Escolar” que convoca a todos los niños y niñas de 5to grado de las escuelas públicas y de gestión social de la ciudad de San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro. Este proyecto tiene como finalidad acercar la práctica del deporte invernal a las escuelas, reivindicar la valoración y el cuidado del patrimonio cultural y natural de la Provincia y generar oportunidades de inclusión y justicia social para las infancias.
En un principio, este programa, comenzó gracias a la iniciativa y el esfuerzo de la comunidad barilochense que vio la necesidad de acercar las prácticas y costumbres del Cerro Catedral a las escuelas primarias. Luego, en 2013 bajo la gobernación de Alberto Weretilneck, se decidió que sería una política de Estado gestionada y garantizada por el Ministerio de Educación y DD.HH de la Provincia para aumentar la cantidad de días y participantes que accederían a dicha actividad. De esta manera se logró que cada año alrededor de 1.600 estudiantes conocieran la montaña, tomaran clases de esquí durante una semana, aprendieran el cuidado de equipamientos, además de compartir un grato y enriquecedor momento junto a compañeros y compañeras.
Durante los siguientes años el Esquí Escolar de Río Negro fue motivo de celebración y ejemplo para la comunidad educativa, el gobierno provincial de turno e incluso para otras provincias y países que felicitaban a Río Negro por articular educación y deporte al servicio de las infancias. Sin embargo este año 1.341 niños y niñas se perdieron la oportunidad de vivir esta experiencia debido los ajustes que tanto el Estado Nacional como Provincial están implementando bajo la justificación de la desfavorable situación económica actual.
Frente a este rotundo cambio de escenario provocado por decisiones políticas y que afecta directamente a los derechos de las infancias, la comunidad de Bariloche se vio obligada a organizarse para realizar jornadas de visibilización y reclamo por el incumplimiento del programa. Tanto concejales de la localidad, como docentes, familias y por supuesto estudiantes afectados participaron de reuniones, presentaron solicitudes ante la Defensoría de menores, trataron de comunicar sus pedidos a la actual senadora Mónica Silva (quien en su momento como Ministra de Educación asistió y celebró la actividad), también recurrieron al Gobernador Weretilneck (que en 2013 dio pie para que este programa siga creciendo) y hasta intentaron llegar al actual Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes de la Nación, Daniel Scioli.
Los pedidos no solo fueron en calidad de reclamo por la ausencia del programa, sino que también ofrecían la colaboración de toda la comunidad para encontrar alternativas y vías posibles que pudieran garantizar la ejecución efectiva del Esquí Escolar. Desafortunadamente sus peticiones e ideas no fueron correspondidas por quienes deben garantizar los derechos de los ciudadanos y cuidar los proyectos que tantos años y esfuerzo han costado, teniendo como resultado que hoy más de 1.300 niños y niñas se quedarán con la ilusión de vivir una experiencia educativa, integral e inclusiva en el Cerro Catedral.
Pero la falta de gestión y compromiso de nuestros representantes políticos para con las infancias, adolescencias y juventudes no solo ha afectado a Bariloche, sino a la provincia en general.
Este último año también se han dado a conocer las noticias sobre la suspensión de los Juegos Rionegrinos, actividad destinada al deporte escolar que se viene realizando desde hace más de 30 años; la suspensión de los Juegos de Invierno y de Playa de los que nuestra provincia era una sede fundamental; la no participación de Rio Negro en los históricos Juegos Nacionales Evita; la suspensión del programa RecreArte que consistía en la contratación de docentes para actividades artísticas, culturales, deportivas y de tecnología; la suspensión del programa Emprender en el que se realizaban talleres de capacitación destinado a jóvenes y adultos, y la lista podría continuar.
Estas actividades educativas, culturales y deportivas que para ciertos sectores solo significan gastos económicos innecesarios, para muchos otros representan ilusiones, sueños y oportunidades únicas de aprendizaje, de conocer personas y lugares, de mostrar sus talentos e incluso de poder mejorar sus realidades como tantos artistas y deportistas que hoy representan al país profesionalmente gracias a las oportunidades de un Estado presente.
Tristemente esta seguidilla de bajas y suspensiones solo nos dejan ver que las infancias y adolescencias parecen no ser prioridad para los Gobiernos Nacional y Provincial dentro de un contexto económico y social complicado, pero lleno de “libertad”.