Trabajadores del CAINA denuncian graves situaciones de violencia.
El día martes, trabajadores del CAINA Varones denunciaron que hay situaciones “de violencia naturalizada” que atraviesan tanto ellos/as como los jóvenes alojados en el hogar. La SENAF rechazó las acusaciones.
Francisco Spadano, operador sociocomunitario del hogar CAINA para varones, dentro de la SENAF, contó que el espacio “cuenta con trabajadores y operadores/as que cumplen su función interdisciplinariamente, separados en turnos (mañana, tarde y noche) y también con una coordinación o equipo directivo”.
El hogar se encarga de promocionar los derechos de los pibes en materia de salud, educación, recreación, alimentación, medio ambiente, etc. y cuidando y conteniendo a los jóvenes.
Sin embargo, es muy difícil posibilitar el acceso a ciertos derechos. Se hace muy dificultoso que tengan movilidad en esta ciudad, el tema del transporte público es preocupante. Para llevarlos a alguna actividad, taller, curso o clases extraescolares, sí o sí tienen que ser gratuita porque el hogar no cuenta con dinero para pagarlos.
Necesitamos que se respeten las subjetividades de los pibes, para que el hogar se adapte a ellos y no al revés. Se necesitan recursos. Proponemos articular un dispositivo en el que esté presente la pata social y la de salud.
Esta es de las primeras veces que la situación toma estado público. Nos sentimos muy expuestos y también debemos cuidar la intimidad y privacidad de los jóvenes que se alojan en el hogar. Queremos declarar que partimos de la perspectiva de la defensa de los derechos humanos y de género, no nos corremos de ahí.
Francisco Spadano, operador sociocomunitario.
Señaló que la falta de recursos humanos y materiales es preocupante: “nuestra propuesta concreta es que se incorpore la pata social y la de salud. Faltan psiquiatras, psicólogos, más trabajadores sociales, etc.”. Además, los/as trabajadoras del hogar luchan por que se declare en la provincia “la emergencia en infancias y adolescencias“, con el objetivo de conseguir más financiamiento del que fija el actual presupuesto.
Desde el 2017, aproximadamente unos 15 trabajadores han pedido el pase frente a reiteradas situaciones de violencia. “Trabajadores con el tabique quebrado, quemaduras, brazos torcidos, moretones, esguinces y más”, relataba Spadano. “Corre riesgo la vida de los chicos, de los trabajadores/as y terceros”.
Si bien aseguran que estas situaciones se producen desde hace tiempo, decidieron hacer el reclamo público porque la situación está llegando a un límite. Se está trabajando con jóvenes con diversas condiciones de salud mental, y denuncian que si bien “acompañamos y creemos en la inclusión, hay que ver de qué manera se incluyen a esos chicos”. Según Spadano, “al atravesar estas dos problemáticas en conjunto se están viendo dentro del hogar situaciones de violencia, prácticas sexuales abusivas“, entre otros hechos.
Spadano aseguró que se han contactado con la Defensora de Menores e Incapaces, Dolores Mazzante, pero no han tenido respuesta. “Es una lástima, porque siendo la defensora no nos escucha”.
Los propios adolescentes del espacio elevaron una nota dirigida a Roxana Méndez, al mando de la SENAF en la provincia. Sin embargo, Méndez rechazó todos estos reclamos y aseguró que el hogar se encontraba en “buenas condiciones”.
Frente a las declaraciones de Méndez, los trabajadores/as respondieron que se está “distorsionando” su reclamo: “nosotros no estamos exponiendo a un adolescente ni expulsando tampoco, si no todo lo contrario. Estamos planteando una problemática real para que el Estado tome una decisión política para resolverla”.