Argentinazo: la caída del modelo neoliberal.
(21/12/2021)
El día ayer se cumplieron veinte años del último estallido social en nuestro país. La última revolución social al grito “que se vayan todos’’, el nuevo lema, y el último, de un país unido por una causa sin grieta.
La desocupación, el hambre y el abandono estatal fue la bomba heredada desde la dictadura sumándole, además, un endeudamiento insostenible heredado del menemismo y un gobierno que intento financiar la deuda con más deuda (fue la chispa en medio de un barril de gasolina).
Pasaron veinte años, y quedaron secuelas políticas y sociales. En cada marcha suena La Bersuit con las canciones ‘’Se viene’’, ‘’Sr. Cobranza’’ (dedicada a Cavallo), entre otras de muchos artistas que emanaron el dolor del pueblo en canciones. Canciones que nunca paran de sonar y resonar cuando hay problemáticas económicas y políticas.
El día de ayer, 20 de diciembre pero del 2001 a las 19:45 horas, el entonces presidente Fernando de la Rúa presentaba su renuncia, y ocurriría la imagen más icónica de los últimos veinte años: un helicóptero huyendo de la Casa Rosada.
Volviendo al subjetivismo de los artistas, la imagen de Fernando de la Rúa huyendo de la Rosada no se quedó atrás: La Casa Rosada es, de cierta manera, la casa del pueblo argentino, y el Presidente escapando de allí fue la más visible representación de lo que se vivía: una casa en llamas, dividida, e inviable.
Se habla mucho de las “épocas de oro’’ de los 90, con Menem. “Mi primer auto’’, “mi primer viaje al exterior’’, “mi primera casa’’ fueron la corta alegría de un país que volvía a repetir su historia. En esos momentos a nivel ciudadano se desconocía que el país vivía de préstamos y una desindustrialización enorme, esa era la realidad que escondía un país donde Menem era el abanderado de una Argentina naciente, abierta e insertada en el mundo, y acomodada en sus estándares de capitalismo mercantil de la época.
Detrás del inició del “éxito económico’’ de los 90 fue escrita por el Ministro de Economía, Obras y Servicios Públicos, el Dr. Domingo Felipe Cavallo. El inicio del plan de convertibilidad y la “dualidad” del peso con el dólar estadounidense fueron las primeras medidas aplicadas. Gracias a Cavallo, y al conseguir las ambiciones políticas de Menem de una Argentina ‘insertada’ en el mundo, ya con lo anteriormente dicho, se catalogo al primer gobierno de Menem como un éxito. Cavallo fue catalogado por la revista Euromoney como “Ministro de Finanzas del año’’ en 1992
En su segundo gobierno comenzaría el tan previsto derrumbe, la “papa caliente’’ que luego asumiría Fernando de la Rúa que venía con desempleo, desocupación, hambre, grieta, y una economía completamente insostenible. Cavallo (ahora Ministro de Relaciones Exteriores) brilló por su ausencia al denunciar corrupción e irse, cuando sus planes como ministro pasaron del éxito al derrumbe total.
Fernando De La Rúa asumió la presidencia el 10 de diciembre de 1999, luego de haberle ganado las elecciones al justicialista Eduardo Duhalde. En su campaña prometió lo que se esperaba, en otras palabras, volver a “vivir bien’’ como en las épocas de oro de los 90 menemistas, y el dólar 1 a 1, otra vez.
La realidad lo sobrepaso. Las cosas no mejoraban, De La Rúa venía siguiendo el mismo plan de gobierno de Menem (pero esta vez con José Luís Machinea siendo el titular del Ministerio de Economía) No había precio que no cambiara rotundamente.
La situación empeoraba y empeoraba, no había comida, el peso mas devaluado no podía estar. Fernando De La Rúa arrancó su mandato con el pie izquierdo, no había decisión política que fuese sustentable, y recién iba 1 año de gobierno.
El 20 de marzo del 2001, López Murphy renuncia al Ministerio de Economía (por más de haber estado 15 días), dejando al país más golpeado de lo que estaba. El presidente De La Rúa juega una carta ya usada, una carta con peso y malos recuerdos. El 20 de marzo del 2001 asume nuevamente al cargo como ministro de Economía el Dr. Domingo Felipe Cavallo.
Ni bien pasaron dos meses, Cavallo le pide un préstamo al FMI debido a la situación crítica que se vivía en el país a pesar de no haberse cumplido las metas de gasto público y déficit fiscal planteadas para el primer trimestre de 2001. Pagar la deuda con más deuda fue parte de un ingenio basado en el despilfarro y la corrupción. Sumándole que meses mas tarde el Ministro Cavallo anunciara por cadena nacional la llegada del “corralito’’ en pocas palabras: un método para no agotar las reservas de dinero circulante.
Las decisiones políticas, el aumento del descontento social y la escasez se hacían notar día y noche en todos los rincones del país, más aún en Ciudad de Buenos Aires, específicamente en Plaza de Mayo. El grito “¡que se vayan todos!’’ resonaba en el sentimiento de todo el país. Argentina y los argentinos no tenían un rumbo, la situación era cada vez más inviable, pero el estallido aún no pasaba.
Ruidos de cacerolas entonaban el grito de la multitud frente a la casa de Domingo Cavallo, cada día que pasaba la economía caía y el malestar social subía.
Se llenaban los comedores comunitarios, y muchos no daban abasto. Se saqueaban locales por completo, los grandes supermercados estaban blindados, y la mercadería que salía de ahí como forma de donación al pueblo, estaba vencida.
Frente al estallido social, el presidente De la Rúa decreta el estado de sitio.
“Si hay que tocar las reservas toquemos las reservas, si hay que suspender el pago de la deuda externa, suspendámoslo. Pero lo primero es lo primero’’ dijo la diputada Lilita Carrió en el Congreso de la Nación.
Agrupaciones sociales de todo tipo, universitarias, sindicatos y miles de partidos tanto de izquierda como afiliados a partidos de derecha copaban las calles cada vez más, mucho más. Represiones a toda hora de parte de las fuerzas de seguridad y el pueblo armado con lo que tenía a mano. El pueblo contra el Estado, una guerra civil cada vez más violenta y sin fin. Fernando de la Rúa llamo a la unidad nacional con el peronismo y demás sectores políticos. Ninguno aceptó. La consigna era clara: ¡Que se vayan todos! Cavallo brillaba por su ausencia.
Un 19 de diciembre, el Presidente paseaba por sus jardines de la Residencia de Olivos sin que pasase por su mente renunciar. Bajo ningún pretexto esas eran sus intenciones. No fue hasta el día siguiente que Fernando de la Rúa, ahogado de tantas manifestaciones, de no poder contar con ningún ministro y sin unidad política, decide mandar su renuncia al Congreso, y ese mismo día huye de la Casa Rosada en un helicóptero que ni siquiera llegó a estacionar. Fernando de la Rúa huyó, dejando la casa sola y un país terriblemente devastado.
Cinco presidentes en una semana fueron lo que marcó el declive político argentino, y Eduardo Duhalde ocupó el lugar hasta la llegada de Néstor Carlos Kirchner.
Con el pasar de los años y sin la intromisión de las manos de Cavallo en la economía argentina, el país de a poco fue creciendo. El principio de los 2000 dejó una huella imborrable en nuestra historia, en las mentes de los argentinos y una cicatriz en la economía. Pasaron los años y la memoria estaba intacta en los argentinos. Ellos intentaban volver, y el pueblo, firme, no lo permitía. Ellos no iban a volver.
No fue hasta 2015 que Mauricio Macri gana la presidencia y tiene en su entorno y en su gabinete a los protagonistas de la peor caída económica de nuestro país: nombra a Patricia Bullrrich, que paso de ser Ministra de Trabajo a Ministra de Seguridad de la Nación. A Rodolfo Héctor Terragno, que paso de ser Jefe de Gabinete a Embajador ante la UNESCO. Hernán Lombardi, que paso de ser Ministro de Turismo, Deporte y Cultura a ser Ministro de Cultura de CABA con Macri como Jefe de Gobierno porteño y Titular del Sistema Federal de Medios y Servicios Públicos a nivel nacional; actualmente es diputado. Ricardo López Murphy hace un mes asumió como Diputado Nacional por CABA. Darío Lopérfido, que pasó de ser Secretario de Cultura a volver a repetir su rol con Horacio Rodríguez Larreta. Domingo Cavallo siguió brillando por su ausencia, pero hoy más que antes volvió a tener más voz en los medios como en La Nación +, y es reivindicado por los sectores libertarios conducidos por Javier Milei y José Luis Espert.
Es una linda tarea para la casa buscar quienes estuvieron con Fernando de la Rúa y volvieron con Mauricio Macri, incluyendo el FMI, pero esta vez mucho peor.
Al final de todo, volvieron, pero… ¿hasta cuándo?
Agradecimiento especial a Lú Anguelú.