Conflicto en Ucrania: Del Euromaidán al despliegue ruso.

El pasado 24 de febrero, el presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, desplegó las fuerzas armadas para tomar posesión en Kiev, capital de Ucrania, con la intención de reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk.

Ver a Rusia como un enemigo mundial no es nada nuevo, la epopeya de la vuelta al comunismo se sigue replicando con el pasar de los años mientras la competencia por ser potencia mundial entre Rusia y Estados Unidos siga estando vigente. La intervención rusa dentro de Ucrania no fue una decisión de un día para el otro, todo lo contrario, viene siendo un conflicto con 8 años de antigüedad.

Un 30 de marzo del 2012 el gobierno de Ucrania realiza un acuerdo de asociación y libre comercio con la Unión Europea. Más adelante, líderes de la Unión Europea no ratificarían el acuerdo debido al deterioro democrático e imperativo de la ley, contando con dos presos políticos (los cuales pidieron su pronta liberación). El presidente Víktor Yanukóvich comunicó que tenían la aprobación de la Rada Suprema (parlamento) para poder cumplir con todos los requisitos de la Unión Europea. Lo mismo señaló Volodýmyr Rybak, presidente de la Rada Suprema. Tanto leyes como decretos iban a estar a disposición.

El 21 de noviembre de 2013 a través de la Euromaidán o llamada revolución de la dignidad, que fue el movimiento nacionalista ucraniano que se pronunció no solo en contra del acuerdo de asociación y libre comercio con la Unión Europea, sino también, con la crisis económica y política que se vivía en él momento.

Coparon la plaza de la independencia de Kiev, donde derribaron la estatua de Lenin (como símbolo de ocupación) y amenazando a Yanukóvich de ser el siguiente. La ola de protestas de la Euromaidán se llevaría a cabo el derrocamiento del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich.

El gobierno de Yanukóvich era cercano a la federación rusa, y a través de él se mantenía la relación bilateral con Rusia (después de la desintegración de la Unión Soviética) sumándole los territorios anexados de la península de Crimea, y las provincias Donetsk y Lugansk. Fue en la crisis de Crimea del 2014 donde en forma de rechazo al derrocamiento de Yanukóvich hubo una movilización prorrusa contra el estado de Ucrania, y fue el primero en pedir la reincorporación a la federación rusa después de un referéndum realizado por las autoridades. Resultado del cual no fue del agrado en gran parte de los países vecinos y de Ucrania.

Donetsk y Lugansk quisieron hacer lo mismo, pero fueron rechazados por el Kremlin, aunque contarían con apoyo político. Ucrania, por su parte, les dio apoyo económico y militar a estas ‘provincias’ que son reconocidas como ‘’países de reconocimiento limitado’’

Ya de por sí es un hecho que Rusia no tiene intenciones de conquistar Ucrania, las intenciones de Vladimir Putin es respetar la autonomía de Donetsk y Lugansk que fueron firmadas -dos veces- en el tratado de Minsk (capital de Bielorrusia).

En el primer tratado, firmado el 5 de noviembre del 2014 por Rusia, Ucrania, Donetsk y Lugansk, se esperaba la paz de la Guerra del Dombás entre Ucrania y las ‘’provincias rebeldes’’, pero fue en vano; El cese al fuego, la liberación inmediata de prisioneros de guerra, la descentralización del poder y garantizar la supervisión de la OSCE. No fueron el final, ni mucho menos la paz, al poco tiempo se volvería a desatar el conflicto bélico.

El segundo tratado de Minsk, firmado el 12 de febrero del 2015, garantizando la paz temporal y teniendo como garantes a Francia y Alemania en el cuarteto de Normandía o Format Normandie se hizo respetar y fue un acuerdo bien estructurado. El plan franco-alemán fue la reestructuración de Minsk, la canciller Angela Merkel y François Hollande traían la solución del conflicto del Dombás.

Luego de distintas acciones exitosas de los separatistas, Estados Unidos comunicó militarizar Ucrania, donde se ponderaba el aumento de armas letales. Comunicado que estaba bajo consideración.
Los puntos más importantes de Minsk II fue el alto el fuego inmediato a las 00:00 horas del 15 de febrero, brindar elecciones locales en Donetsk y Lugansk, retirada de tropas con distancias iguales, sin demoras (pero no más de 30 días) la Rada Suprema deberá indicar que el territorio se encuentra bajo régimen especial.

El presidente de Ucrania en ese momento, Petro Poroshenko no quiso brindarle la autonomía correspondiente a la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL) para poder elegir libremente a sus autoridades, lo que significaría una gran pérdida de poder dentro de uno de los países más pobres de Europa.

La OTAN, por su parte, tuvo acuerdos por las solicitudes de Ucrania para unirse a la organización política y militar, lo cual fue considerado una amenaza para las provincias rebeldes y Rusia. Instalando bases en la frontera de Rusia sabiendo que pronto el conflicto militar en Ucrania sucedería, no solo civilmente frente a organizaciones prorrusas y pro occidentales, sino por la anexión ‘ilegal’ de Crimea denunciada por los Estados Unidos en 2014.

Putin además señaló la amenaza de neonazis del lado pro occidental, lo cual es cierto por más que sean minoría, atentaban contra la integridad territorial y política de RPD Y RPL. Y no solo eso, Putin denunció el abuso del Estado y la represión de Ucrania contra los separatistas.

La Federación Rusa no dio el visto bueno ya que perderían no solo la identidad rusa de Ucrania, territorio importante desde la separación de la URSS ya que dentro de la Unión Soviética formaban parte de un mismo pueblo eslavo, pero la frontera entre Rusia y Ucrania no era relativamente importante (ya que formaban parte de la URSS), por lo tanto, los territorios conquistados por Rusia después de la segunda guerra fueron anexados a la naciente Ucrania. Luego de la separación de Ucrania de la URSS, y la disolución de la misma, no impidió que la OTAN no se desarme, ya que la organización política y militar de 28 países europeos, sumándole Estados Unidos y Canadá seguían trabajando en conjunto, aunque el objetivo era detener a la URSS, por más que ya no estuviera unificada.

Desde que Ucrania no cumplió con el acuerdo de Minsk II se fueron llevando a cabo acciones bélicas civiles entre las provincias separatistas y Ucrania, donde el Estado ucraniano reprimía, y no otorgaba la libertad democrática pactada. Esos enfrentamientos llevo a más de 14.000 muertos de parte de ambos bandos.
Petro Poroshenko jactó a la RPD Y RPL de ‘’marionetas de Rusia’’, además de declarar el 30 de diciembre del 2014 ‘’ Mi objetivo es reformar el país, reformarlo de manera que Ucrania se ajuste a los estándares de la Unión Europea y de la OTAN’’. Un claro atentado diplomático contra la integridad de la RPD Y RPL, sumándole la violación al tratado de paz de Minsk.

Por una parte, fuera del conflicto bélico, Rusia es el responsable del 40% de gas en Europa, y desde el inicio del conflicto bélico las acciones subieron un 60%. Además, Putin amenazó con venderle gas a China como forma de represalia a las sanciones por la intervención en Ucrania.
Olaf Scholz, Canciller de Alemania, aseguró la rápida construcción de dos plantas de gas natural licuado como alternativa para no depender del gas ruso.
Catar, Irán y Argelia serían las opciones más aseguradas para la compra de gas en Europa, ya que siguen contando con sumarle sanciones a Rusia por la intervención en Ucrania. Estados Unidos por su lado aseguró que seguirán sumándole sanciones a empresas rusas.

Aunque Alemania y otros países de Europa están buscando gas con otros países (hasta están pensando en importar gas de Estados Unidos) cualquiera de las opciones que elijan van a ser mucho más caro que el gas ruso. La OTAN sabe que Rusia puede venderle gas a cualquier otro país y no tendría grandes pérdidas, mientras que Europa y más que nada Alemania (que es uno de los países más importante de Europa) va a tener que buscar gas que por logística, precio y gastos en transporte va a ser mucho más caro. Y esto obviamente va a afectar a la economía europea.

Es evidente el revuelo mundial que genera este conflicto, pero aun así hay un trasfondo político y económico que se llevó a cabo por el incumplimiento de un importante tratado de Paz. Las provincias de Donetsk y Lugansk han sufrido todo tipo de represalias por parte del estado ucraniano, sin poder elegir a sus autoridades y sin que se reconozcan sus autonomías.

La guerra sigue sin ser el camino factible para la fraternidad internacional, pero ¿Cuál es el camino factible cuando la diplomacia no es respetada? Cuando se reprimen y matan civiles que buscan la independencia total de su país.
Rusia a lo largo de su historia, desde el inicio de la revolución rusa a la caída del muro de Berlín, hasta en nuestros días, representa un obstáculo para los grandes imperios (por más que Rusia sea uno). Se busca seguir mirando al gigante europeo como una amenaza mundial para la integridad territorial y capitalista, intentando desarticular toda la estructura del Kremlin a través de todo tipo de ataque, tanto diplomático como mediático.

También puede gustarle...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *