Luchando por una nueva construcción igualitaria: la participación de las mujeres en la política.
A lo largo del tiempo, la desigualdad de género se fue reduciendo y las mujeres fueron conquistando derechos; por ejemplo el derecho a votar, donde al poco tiempo de esta conquista, Isabelita Perón se convirtió en la primera presidenta mujer en el mundo.
Pese a este avance, y que hay derechos conquistados que alientan a la mujer, aún hay estructuras sociales que impiden que la mujer pueda acceder en igualdad de condiciones a los espacios de poder. La cultura, la educación y los valores también hacen de lo suyo, ya que aún permanece el pensamiento de que las mujeres deben cumplir un rol maternal y/o ser el sostén de la familia, como también realizar las tareas hogareñas, cuestiones que no siempre son compatibles con la figura de una mujer ejerciendo el poder en la órbita de lo público, pero que sin embargo en el varón pareciera no generar ningún tipo de desajuste.
No dejemos pasar aquellos comentarios y/o acciones misóginas que se hacen presentes tanto en el discurso electoral como en la cobertura mediática de las campañas y gestiones de gobierno.
En Argentina, en el gobierno anterior de Mauricio Macri, solo dos mujeres estuvieron a cargo de ministerios. En el gobierno actual hay cuatro mujeres a cargo de ministerios. Aunque se duplicaron los cargos en ministerios en manos de mujeres , en proporción, ni se acerca a paridad.
Detrás de estos hechos, todavía está la pregunta: ¿Por qué, en una sociedad donde la mujer ha conquistado tantos derechos, todavía no está el de la paridad de representación? Educación, roles y estereotipos de género, legislación laboral y micromachismos aparecen en casi todas las explicaciones de este fenómeno.
Por último, ser mujer no implica pertenecer al feminismo; sin embargo, el hecho de que las mujeres se encuentren cada vez más presentes en los espacios de poder es un avance en el camino hacia la igualdad entre mujeres y varones. Las políticas públicas necesitan tener gobernadores y gobernadoras, presidentes y presidentas, que entiendan la importancia y la urgencia de la perspectiva de género para alcanzar una sociedad que tenga más empatía e igualdad.
Por Aldana Álvarez
