Nadie conoce mejor el arte de la guerra que el partido de la casta dominante.
Por: Margarita Núñez Ribeiro
“conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y ganarás
mil batallas” General Sun Tzu.
Lo que no sabemos con toda certeza es que tan sabios y prudentes son los “generales” a su servicio, y esa es una debilidad de las clases populares en su conjunto, ellos que tienen el Poder del Sistema son incesantes en su actividad política que abarca todos los aspectos de la sociedad.
Si bien saben que el arte militar no es el único método del arte de la política, tienen muy claro su condición de Clase Dominante, quien siempre se concibe a sí misma enmarcada en un contexto de guerra.
Lo que varía son las circunstancias según los escenarios, y a veces el grado de resistencia de sus dominados. Y éstas concepciones no varían en el contexto de la geopolítica universal donde se pelea la “batalla final”.
Así entienden el arte de la guerra, como un compendio que enseña sobre táctica y estrategia de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana individual, social y universal en esa confrontación constante, aunque varíen sus intensidades según las circunstancias.
En momentos que el sombrío Partido de los sectores dominantes en nuestro continente y particularmente en la Argentina, tienen todos los planetas alineados a su favor (Imperialismo, oligarquía agro-financiera y administración del Estado), nadie en su sano juicio político podría esperar intenciones distintas a las que históricamente ejecutaron en la medida de sus posibilidades.
Y saben que sus políticas económicas anárquicas pero efectivas a la hora de subvertir derechos y producir concentración de más riquezas, no han de garantizar esquilmar tales recursos si no previeran el control por la vía de la violencia. Lo ejecutan con múltiples métodos y con el uso de la única concepción intervencionista de Estado que aceptan, el uso de las instituciones armadas contra la movilización popular.
Que nadie se distraiga y tome las frases y acciones de muchos personajes a su servicio, como el Dip. Espert “cárcel o bala” para quienes corten calles, sumando intenciones al “Protocolo anti-piquetes” de Patricia Bullrich. Tampoco cuando “desensillan”, entretienen al oponente y nos dicen que saben escuchar y que priorizan el diálogo, sólo se toman un descanso en momentos desfavorable para emprender sus ataques pudiendo elegir mejores posibilidades para alzarse con el botín que ambicionan.
“…la mejor victoria es vencer sin combatir…” “…y ésa es la distinción entre el hombre prudente y el ignorante” nos dice Sun Tzu desde hace 25 siglos.
Sólo que se trata de individuos decadentes y estando al servicio del capital concentrado, ven la realidad sólo del lado de quienes tienen la posibilidad de elegir los métodos y las vías de dominio, sin importarles quienes queden en el camino por acción de las fuerzas de seguridad, la gendarmería e incluso las FFAA y por las consecuencias de sus políticas económicas devastadoras.
La verdadera casta de verdugos de los Pueblos, tienen muy claro los conceptos fundamentales del general chino, sobre todo la primera máxima de este concepto: “…todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño. El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar…”, este segundo concepto que complementa el primero los tiene, muchas veces, sin cuidado ya que poseen el monopolio de la violencia armada, además de la económica y verbal, llegando con ésta al plano de las humillaciones más indignas.
Prácticamente toda la historia de la Humanidad ha transcurrido en estado de guerra, claro que a través de distintos medios y con variadas intensidades políticas según las circunstancias sociales y tecnológicas. Hay quienes mataron y matan a través del hambre, la insalubridad, la ignorancia, las armas de fuego, muchas veces sin duda naturalizando los métodos guerreristas de baja intensidad, en este escenario de bajo voltaje despliegan todo su poder concentrador determinando en qué medida permitirán a los pueblos el acceso a sus necesidades básicas. Los culpables siempre son los propios Pueblos y sus referencias políticas más cercanas, o aquellos trapos sucios y rotos que utilizaron antaño y ya no le son de utilidad.
Es que estamos en un devenir donde la lucha según la filosofía del arte de la guerra ha ido más allá de los estrictos límites militares, su continuidad se da en el terreno del accionar del manejo del Estado, el comercio, las relaciones financieras y en el teatro electoral, por lo tanto, muchas visiones y misiones de gestión de empresas son prácticamente citas literales de la obra de Sun Tzu (Económicas-Sociales, Deportivas etc.), y no han de esperarse moderaciones ni relajamientos de ninguna índole por parte del imperialismo y sus socios enclavados en todas las naciones a su alcance.
¿Se acuerdan cuando Esteban Bullrich nos dijo que hay que ser capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarlo?
Ahora nos dicen que dentro de 15 años veremos los primeros resultados de la supuesta genialidad de Milei, Caputo y compañía, para dentro de 45 ser Irlanda, pero no hace mucho hablaban del ejemplo chileno que demás está decir que implosionó por el propio peso del libre mercado y la insuficiente regulación estatal.
¿Y nosotros somos los impertinentes y corruptos del modelo democrático y ellos los honestos y moderados?
A propósito de los buenos modales y los gestos de templanza política y económica ¿por qué los sectores del “Círculo Rojo” o Poder Real y sus lugartenientes consideran que sin importar cuánto apoyo electoral tienen pueden gobernar haciendo cualquier cosa sin respetar derechos y constituciones?
¿Una mayor cantidad de votos te da mandato hasta para ir en contra de la integridad de la Nación? ¿Los límites de la Democracia son inmensurables?
Está claro que, para algunos, quienes se ven vencedores en una contienda, cualquiera fuese el teatro de operaciones, es lógico que se sientan reconfortados y para aniquilar al enemigo derrotado le lance cualquier chanza denigrante, acaso no se los ve sonrientes a los viejos y nuevos actores en el actual gobierno de la coalición de Macri y Milei, mientras fogonean la marcha de su estafa política. Como verán el enemigo es muy poderoso e inteligente, pero no les pidan a sus lugartenientes que sean sabios y prudentes.
Cuando un Imperio se ve obligado a sostener sus posesiones por la fuerza, significa que inició su decadencia, si bien esta etapa es prolongada, las fuerzas populares deben saber construir su Proyecto, organización con capacidad para determinar sus acciones de las más variadas formas según los escenarios por los que vaya a transitar, teniendo claro la magnitud del enemigo al que se enfrenta, que no colapsará por su propio peso, hay que ayudarlo, pues una hiena herida hambrienta e insaciable lucha hasta la muerte.
Sólo con moderación, acciones espasmódicas, espontáneas, irregulares y delegando representatividad como pueblo, difícilmente podremos obtener el triunfo que necesitamos. Más aún, si cierta militancia de gran apego a espacios institucionales y corporativos, teme ensuciarse los pies en el barro donde empantanada anida la máquina de poder popular necesaria para librar las batallas trascendentales, y cuesta hasta hacerles pensar de salir de esos lugares de confort.
Sun Tzu tenía mucha razón cuando planteó que todo el arte de la guerra se basa en el engaño, y que el supremo arte era someter al enemigo sin luchar, pero se refería específicamente al plano militar. En la sociedad moderna, su Clase Dominante tiñó toda la esfera geopolítica con esa doctrina, no hay rincón de la vida social donde no nos confronte, y sólo la lucha de los Pueblos y su victoria podrá sacarnos de esa lógica para que algún día podamos vivir en una comunidad con justicia y en paz.
“Siguiendo caminos señalados por nuestros representantes fuimos sufriendo tantas derrotas, que ya vamos imaginando cuál es el de la victoria” El Pueblo.