Chofer de Mi Bus fue golpeado y amenazado por su actividad sindical.

El pasado lunes, la Agrupación Juan Manuel Palacios, de la UTA, denunció la agresión hacia el Secretario de Relaciones Públicas y Prensa, César Alonso, ocurrida el último domingo en el último servicio de la noche en la línea 80. El dirigente gremial fue amenazado para que deje de hablar “de la municipalidad, de Figueroa y la empresa”.

La agresión al conductor.

El domingo sucedió en nuestra ciudad un hecho sumamente preocupante y aberrante. César Alonso, chofer de Mi Bus y Secretario de Relaciones Públicas y Prensa de la agrupación Juan Manuel Palacios -opositora de la conducción oficial de la UTA- fue sorprendido al realizar una inspección visual de la unidad por un hombre que le propinó una golpiza, amenazándolo para que se detenga con su actividad sindical.

Según la denuncia efectuada por Alonso, que el lunes ocupó un lugar central en las portadas de los medios locales, Gabino Marin es señalado como su agresor. Marin es empleado del municipio y se desempeña como Secretario de la seccional Bariloche de la UCRA (Unión de Conductores de la República Argentina). El relato del chofer agredido asegura que este hombre apareció sorpresivamente y le pegó “un empujón contra la unidad, por lo que le sujeto la mano”.

Alonso habría sujetado la mano del agresor y, mientras este último le aseguraba ser Gabino Marin, le preguntaba: “¿Sabés por qué estoy acá? Porque vos andás hablando muchas boludeces por la televisión, las radios, por todos los medios y es hora de que te calles y dejes de hablar”. No se quedó allí, si no que prosiguió diciendo que “Soy el que te da tu licencia”, e instándolo a que se calle y “dejá de hablar de la municipalidad, de (Pablo) Figueroa, la empresa y llamate a silencio si querés seguir con tu laburo y teniendo tu licencia”.

El conductor le respondió, asegurando que es un dirigente opositor y que siempre “hablo con la verdad y en democracia, donde todavía existe la libertad de expresión, y en defensa de los derechos de los trabajadores/as”. Ante su intento de cortar la conversación y alejarlo, el presunto agresor le habría propinado dos golpes sobre su rostro, uno de los cuales afectó su ojo izquierdo y el otro, el mentón. Luego de los puñetazos, insistió con que dejara de hablar “de mí, ni de Ángel Rubio y el oficialismo, y no te metas con la ‘muni’…” para posteriormente huir en dirección al Barrio Omega.

El dirigente sindical, César Alonso, inmediatamente radicó la denuncia, acercándose como pudo a la comisaría en la ruta 40. Luego de la violenta agresión, Gabino Marin negó en los medios de comunicación locales haber estado involucrado en el suceso, y aseguró que no se encontraba en la ciudad al momento del ataque. Ante Radio Seis declaró que desconozco lo que le pasó al compañero Alonso. Se que le gusta la radio, la tele y todos los medios. Me asombró mucho todo lo que dijo. Yo no tuve nada que ver. Soy secretario general de UCRA en Bariloche y nos ponemos a disposición de él y de la Justicia. Tiene que averiguar bien lo que pasó”.

Marin prosiguió asegurando que “yo hoy me presenté para aclarar este tema y me dijeron que todavía no hay nada formulado. El compañero Alonso tiene que presentar unos testigos. Hasta ahora no hay nada”. Además, agregó que “en sus declaraciones él dice que yo en todo momento defiendo al Municipio. Habla de que yo le puedo habilitar o no el carnet. Está equivocado porque yo no trabajo en esa área. Nada que ver. Le digo que vaya y pregunte si yo trabajo ahí. Yo soy un inspector de tránsito del Municipio y trabajo bajo la Jefatura de Gabinete. Mucha gente me conoce y sabe el trabajo que yo hago”.

La Multisectorial por el Transporte Público, por su parte, manifestó que “más allá de los conflictos internos gremiales que puedan suceder en el ámbito de la UTA, el hecho no debe permanecer intrascendente. Deben agotarse las vías para investigar lo sucedido y, siendo la parte involucrada una persona que presta funciones en la municipalidad, esta debe expedirse al respecto.”. Finalizaron repudiando el hecho, y declarando que “no podemos naturalizar la violencia”.

Ahora, será tarea de la Justicia investigar el suceso para verificar la identidad del agresor. Más allá de ello, llama poderosamente la atención que, en plena democracia, haya dirigentes sindicales que deban vivir situaciones de semejante violencia relacionadas con su actividad política. Es necesario poner el foco en esto para que no vuelvan a ocurrir situaciones similares.

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