Cuando la estigmatización ocupa cargos públicos.
Pasar de recitar el ‘’Abran las escuelas’’ en plena pandemia a no preocuparse por llenarlas.
‘Es imposible aburrirse en Argentina’ más aún cuando hay funcionarios que tienen la ironía en las venas, eso es lo que demostró la Ministra de Educación de CABA, Soledad Acuña, el día de ayer -19 de enero- en una entrevista a radio Rivadavia cuando se refirió a los niños y las niñas que debido a la pandemia no pudieron continuar sus estudios.
“Hoy, 2022 después de 2 años es muy tarde para salir a buscar a los chicos, esos chicos seguramente ya están perdidos en el pasillo de una villa, ya cayeron en actividad de narcotráfico, ya tuvieron que ponerse a trabajar, perdieron toda la fe y las oportunidades para estudiar” declaró la Ministra Acuña lo más tranquila posible, como si no fuese una problemática y el resultado de que esos niños y niñas que tuvieron que abandonar fuese lo que se esperaba.
En el 2021, Acuña junto con otros dirigentes, militantes y simpatizantes del PRO (hoy Juntos por el Cambio) hicieron campaña todo el año, y utilizaron la educación pública como bandera. Sin irnos muy lejos de CABA, su nueva diputada nacional, María Eugenia Vidal (la misma que dijo que los pobres no van a la universidad) cuando fue Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires cerró 250 escuelas (entre ellas 39 eran rurales).
Después de los dichos de Soledad Acuña se esperaba una oleada en repudio a sus dichos discriminativos y estigmatizantes, tanto de la ciudadanía en general como de sus propios simpatizantes, y fue así lo que ocurrió, excepto por sus simpatizantes que brillaron por su ausencia y los intentos de defensa fueron irracionales. Peor fue cuando Acuña en La Nación+ intento defenderse diciendo “me parece que es la reacción de un sector político que siente culpa por haber militado las escuelas cerradas, un sector político que defiende a los pobres pero que los excluyó durante 2 años de las posibilidades de desarrollo que da la educación” olvidándose que el mundo atravesó una de sus peores pandemias, y de haber habido clases hubiese estado en juego no solo el sistema sanitario, sino la salud de miles de niños.
La irresponsabilidad y el desarraigo son los factores que demuestra Soledad Acuña con la educación pública, los sectores marginales y la docencia. El desinterés con su trabajo sería el primer motivo por el cual Horacio Rodríguez Larreta debería pedirle la renuncia, pero aún no ha sucedido. Y su representante partidaria, Patricia Bullrich, dijo a través de su cuenta de twitter en defensa de Acuña “Aprender es un derecho que jamás debemos permitir que a nadie se le arrebate“, ignorando absolutamente todo lo que hizo el gobierno del cual ella formó parte, la hipocresía de este sector político es inhumana.
Acuña también señaló en referencia al oficialismo “Pero me parece que es la reacción a través del ataque que es la única manera que tienen a una verdad que todos los que trabajamos en educación, todos los que trabajamos en barrios vulnerables conocemos, sabemos y sobre la que actuamos”, si se “actuara” según la ministra, no hubiese declarado que “ya es tarde” porque no es nada más ni nada menos que la ministra de educación de CABA, y CABA es el distrito que más ingresos genera en todo el país. La falta de “amor a la educación” no está en sus valores, porque tampoco es docente, solo forma parte una cúpula que se dedica a especular, y que además de especular ve a la educación pública como un gasto (y no es un relato… ellos mismos lo han declarado en toda oportunidad donde han hablado sobre el tema)
“Abran las escuelas” solo fue otra movida marketinera, nunca importó en realidad la educación de los niños y las niñas, nunca importó que las aulas se llenasen, solo importó limpiar su imagen después de los peores 4 años de la historia argentina estando en democracia. No importa el contexto que se este atravesando, siempre dirán una barbaridad y después harán de cuenta que no dijeron nada en papel de ‘mosquita muerta’, aunque ya es una mala costumbre, pero hay un dicho que dice ‘a la costumbre hay que cortarle las piernas para que no avance’, y en estos casos pueden avanzar porque siempre aprovechan cualquier crisis para que la bronca de la gente haga uso de la memoria selectiva.
La irresponsabilidad de decir “ya es tarde” denota la incompetencia de Acuña en su rol de ministra, pero además de decir que seguramente esos chicos se dedican al narcotráfico por el simple hecho de vivir en una villa es demasiado, — faltó decir que sus padres se dedican a la cumbia para hacerle juego aquel dicho de Patricia Bullrich – y si además es una verdad como afirmó cuando intento defenderse, la hace más incompetente aún, en otras palabras le dio pereza tratar de revertir esa situación, pero prefirió discutir con el oficialismo y echarle la culpa al Ministerio de Educación de la Nación, donde el ministro Jaime Perczyk respondió con altura al decir “nunca es tarde para que todas las chicas y todos los chicos de la Argentina estén en la escuela porque es el lugar donde tienen que estar” luego señaló todos los planes de reinserción y apoyo escolar para todas las edades (incluyendo aquellos que quedaron fuera durante el gobierno de Macri) para finalizar diciendo ‘’todas las chicas y todos los chicos son hijos nuestros, siempre hay un lugar para ellas y ellos en la Argentina que queremos’’.
La educación no es un gasto, y los niños y las niñas no son un numero más.
Toda situación en tema educacional, social y cultural se puede mejorar al punto de revertirlo cuando hay funcionarios que funcionan, cuando la ideología política es realista y no obstruyen el verdadero desarrollo.