Reflexiones y deseos para el 2022.

Como ustedes saben no escribo mucho, pero me parece pertinente expresarles algo que tengo atravesado desde hace tiempo. Pensando en cuales serían mis deseos para 2022, me imagino muchas cosas, más oportunidades, más trabajo, más educación, mejor salud… en fin, muchas cosas.

Archivo: movilización estudiantil 1 de junio de 2017

Pero sobre todo creo que este año nos dejó dos cosas importantes en las que trabajar el año entrante, más allá de las roscas y de lo que (ya saben) que pienso de la política y los objetivos de nuestro movimiento. Primero y principal es necesario pensar muy fuertemente una transformación profunda de las políticas públicas desde la interculturalidad y el respeto a la naturaleza. No sólo por los incendios, sino por la cantidad de comunidades a las que están atropellando en estas últimas semanas, por la omisión de parte del Congreso Nacional de no renovar la ley 26.160. ¿Si tienen que ver los pueblos originarios con los incendios y la crisis ambiental? Absolutamente.

Más que nada porque somos los pueblos originarios quienes mantenemos el equilibrio natural y comprendemos que somos parte del ecosistema, no dueñxs de un lote. Hace tiempo venimos advirtiendo la necesidad de que las políticas públicas sean construidas de forma intercultural, pero también haciendo parte a las comunidades que viven en el territorio. Entiendan que la interculturalidad, el respeto por la biodiversidad y la apropiación del concepto de Buen Vivir son el camino para dar vuelta la crisis ambiental y climática que vivimos.

Pero ojo, no sólo necesitamos eso, acá hay una gran falta de políticas para la seguridad. Por eso uno de mis deseos para el 2022, principalmente, es que dejen de matar pibes y pibas. Este año no solo la pandemia nos arrebato mucha gente querida, sino también que las fuerzas de (in)seguridad y armadas nos arrebataron en muchos casos la esperanza de construir una vida mejor, de tener un futuro. Que este 2022 nos obligue a pensar en el futuro, porque no queremos más pibes y pibas asesinades a sangre fría con el silencio cómplice de la política.

Y cuando digo la política, que mis compañerxs peronistas no se hagan lxs pelotudxs (perdón la expresión). Porque acá en Bariloche tenemos a un funcionario electo, supuestamente peronista y apoderado del PJ, defendiendo al acusado de asesinar a Elias Garay. Es necesario poner estas cosas sobre la mesa, seamos responsables, no solo con ponernos el tapabocas y lavarnos con alcohol. Seamos responsables de los espacios que pretendemos representar, no dejemos a les pibes a la deriva, no dejemos al pueblo a la suerte de las decisiones del mercado.

Creo que estamos lo suficientemente grandes para transformar esto, solo falta voluntad política, yo la tengo, mis compañerxs también.
¿Y ustedes?

Les deseo esperanza, felicidad, fortaleza, organización, trabajo, salud pero por sobre todo les deseo comunidad. Gracias a toda la gente con la que compartí momentos este año y los anteriores.

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