¿Cómo proseguimos? La educación universitaria frente a la pandemia.

En el marco de la actual situación que se afronta en Argentina y el mundo, con respecto a la lucha contra el COVID-19, y de las medidas que la presidencia ha tomado, con el fin de frenar su avance, nos comenzamos a preguntar ¿Cómo afrontar la cuarentena, sin perder la calidad de la educación universitaria?. Pregunta a la cual muchas sedes universitarias de todo el país han contestado utilizando las plataformas virtuales oficiales a las que tienen acceso, para el envió y realización de las clases de forma virtual, pero ¿todxs lxs estudiantes consiguen el mismo acceso a esas plataformas? ¿O hay sectores que pierden en vez de ganar?

Universidad Nacional del Comahue. Fotografía de archivo.

Para muchxs, el acceso a Internet es algo común, pero para otrxs no. Si tomamos como ejemplo una ciudad como San Carlos de Bariloche, podemos demostrar el inconveniente que aquí se genera cuando no se toma en cuenta las variables que existen en un sector, como es el estudiantado universitario, con respecto al acceso a ciertos bienes y servicios. No todxs lxs estudiantes cuentan con el acceso diario al internet, y en muchas ocasiones las pocas veces en la que cuentan con este servicio es dentro de las mismas universidades, dejandolxs asi, en este contexto, limitadxs completamente; además, a esto se agrega el no acceso de todxs a una computadora en el hogar, lo cual genera otra complicación a la hora de asistir a las clases on-line dispuestas por lxs docentes universitarios.

Frente a este dilema conectivo nos encontramos en Bariloche. Ahora bien ¿Cómo proseguimos? ¿Qué otros métodos o herramientas hay para seguir con nuestra educación? ¿Cómo nos ayudamos entre nosotrxs para que nadie quede en el camino? ¿Cuáles son las obligaciones de los diversos claustros de la universidad?

Las respuestas a estas preguntas pueden ser variadas, pero con el fin de llegar a una solución que ayude a todxs lxs estudiantes de una manera rápida e inmediata, lo único que se puede hacer es comenzar, desde nuestra perspectiva, cambiando pequeños métodos de estudio o utilizando otras herramientas a la hora de entregar un trabajo práctico o tener que contactarse con el claustro docente; por ejemplo, en vez de solicitar trabajos en forma de PowerPoints, Prezi, grabación o podcast, pidan el envío de escritos o cuadros conceptuales que, a la hora de subirlos a las plataformas, son mucho más livianos y que pueden ser enviados por medio de un teléfono celular. Y en cuanto a las clases, pueden optar por generar una lista de mails para enviar y recibir archivos, ya que son una forma más rápida y de fácil acceso para aquellos que solo cuentan con internet en sus celulares, además de generar fichas de catedra que guíen al estudiantado con las lecturas o los temas nuevos a tratar, para que aquellos que no puedan conectarse a una clase on-line cuenten con el mismo acceso a las explicaciones que se brindan en las clases teóricas.

Sabemos que el proceso por el que estamos pasando no es habitual y por ello los métodos de trabajo están en una especie de “prueba piloto”, pero aun entendiendo la situación que toda la población vive, lo único que se solicita es la toma de conciencia, por parte del claustro docente, cuando se planifica una actividad, clase o envío de materiales con respecto a la conectividad universal de todo el claustro estudiantil, ya que esta suposición deja en un estado de vulnerabilidad a aquellxs que no cuentan con los mismos accesos.

Por Elcira Montiel Navarro – Estudiante de Historia en la UNCO.

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