Que se mejoren: incidentes en el Congreso de la Nación, hipocresía y una deuda eterna.

El pasado jueves se debatió en el Congreso de la Nación un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Tensiones políticas, protestas, y ausencia de responsabilidades quedaron al margen nuevamente de un debate y acuerdo sin fin.

El 10 de marzo, se dio inicio a una nueva maratónica sesión en la Cámara de Diputados de la Nación en donde se discutió el acuerdo con el FMI, gestionado por el Ministro de Economía, Martín Guzmán, y el representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos. La presentación del Acuerdo con el Fondo se anunció el pasado viernes 28 de enero. El Presidente Fernández comunicó desde la Residencia de Olivos el acuerdo, afirmando que ‘’es un ejercicio de responsabilidad. Sufríamos un problema y ahora tenemos una solución’’, además de asegurar que el nuevo acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo ni condiciona el futuro de los jubilados, al no realizarse una reforma previsional ni laboral.

Horas más tarde, hubo una conferencia de prensa conjunta entre el Jefe de Gabinete, Juan Manzur y el Ministro de Economía, Martín Guzmán, en la cual Manzur calificó como “una tragedia” el endeudamiento irresponsable de Macri a la Argentina, cercenando al país de un mejor futuro. Martín Guzmán, por su parte, afirmó que como parte del esquema fiscal va a haber una mejor focalización de los recursos del Estado y una expansión de la inversión pública.

Los puntos centrales del acuerdo es que se estableció que el financiamiento monetario sea del 1% del PBI este año, 0,6% en 2023, y que se reduzca a 0% en 2024. Una acumulación de reservas de 5.000 millones de USD en este año, financiamiento en pesos para inversión productiva, tasa de interés real positiva, además de respetarse la Ley de Financiamiento de la Ciencia y la Tecnología. El acuerdo durará 2 años y contará con 10 revisiones.

El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, dijo, alabando lo conseguido por Martín Guzmán, que ‘’la Argentina ha podido recuperarse hasta ahora de la destrucción económica de la administración anterior, en parte, porque tenia un alto nivel de experiencia en la mesa de negociación’’.

Tanto como afirmó el presidente Fernández y el ministro Guzmán, “ningún acuerdo con el Fondo es bueno“, y es una realidad. Por un lado, el Estado nacional no quiere pagar la deuda con las reservas porque sería catastrófico. Guzmán aseguró que no es posible caer en el default con el nuevo acuerdo.

Más de 57 mil millones de U$D fue lo que el FMI entregó al gobierno de Mauricio Macri, de los cuales se desembolsaron 45 mil millones. Con esos fondos no se realizó inversión alguna. Fue Macri quien, en una entrevista de televisión, admitió haber utilizado esos fondos para sostener al sistema financiero, en una crisis de confianza ‘frente a una posible vuelta del kirchnerismo’.

Hasta el momento, sigue habiendo un seguimiento sobre la anterior gestión y se espera que tanto Macri como sus ex ministros, entre ellos Dujovne (ex ministro de hacienda) den respuestas ante la justicia y al país por malversación y fuga de capitales. Se sigue esperando un procesamiento adecuado y que no haya inconvenientes judiciales que entorpezcan el procesamiento.

Durante la sesión en el recinto iniciada el 10 de marzo, hubo varios diputados que, con su parla, lograron dejar en claro y de distintas maneras su posicionamiento sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Aún así, desde el lado opositor no expresaron ningún cargo de conciencia política de admitir que fueron ellos los responsables del acuerdo.

El repudio al acuerdo con el FMI fue y es multitudinario. A las afueras del congreso, la quema de gomas y los lanzamientos de piedras hacía el palacio legislativo y la policía no cesaron. Hubo cinco heridos y un detenido, contando con un efectivo policial que recibió el impacto de una bomba molotov. Además, el despacho de la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, fue apedreado por los manifestantes de izquierda.

Por más irregularidades y matices que haya en un acuerdo con el Fondo, hay que decir que lanzaron piedras en la ventana equivocada. Cristina Fernández de Kirchner no es la responsable del endeudamiento y, cuando se desempeñó como Presidenta, el Fondo Monetario Internacional no era un problema en la vida de los argentinos. Sería canallesco culpabilizar al gobierno de Fernández y a Cristina de la crisis de la deuda heredada.

Por otro lado, Mauricio Macri sigue brillando por su ausencia. La crisis política, económica y social que dejó es inadmisible, pero mucho peor es que sus diputados, senadores y ex ministros den cátedra de cómo manejar la crisis que dejaron. Hay que ser muy obtuso para no reconocer y ver lo que dejó y como se desempeñó el gobierno macrista.

Dentro del recinto, la diputada Natalia Zaracho hizo un repaso de lo que fue la última crisis política, económica y social producida por el FMI: “Yo siempre digo que soy la hija del 2001, y esa marca la llevo grabada en el cuerpo, porque de chica tuve que salir a cartonear, esas decisiones políticas nos dejaron fuera del sistema sin poder estudiar, sin la posibilidad de poder planificarnos a largo plazo, sin la posibilidad de desarrollarnos”. Luego, finalizó diciendo que votará en contra del acuerdo porque no puede ir con su gente y mirarlos a la cara sabiendo que voto a favor de un acuerdo con un organismo como el FMI que arrebata toda posibilidad de desarrollo en un país.

En la vereda de enfrente, José Luis Espert hizo apología a la anti-política. En un contexto tan delicado optó por hacer demagogia dentro del recinto cuando se trataba del futuro del país, preocupándose por los ajustes al sector privado y sobre futuros impuestos. Al igual que dijo estar de acuerdo con pagarle al Fondo, pero aun así su voto fue negativo.

Es muy complejo el debate de que hacer con el Fondo Monetario Internacional. La renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque -que desató una crisis política en el Frente de Todos-, tuvo como uno de sus argumentos que “se tuvo que entrar a la estrategia del fondo para poder consensuar un acuerdo que no desprestigie nuestra soberanía”.

Acuerdo si, o acuerdo no, o quizás precisamente no éste acuerdo, pero la realidad es que se deberá pagarle al Fondo Monetario Internacional la suma de 45 mil millones de USD más intereses, monto del cual el desarrollo productivo de la Nación no ha visto. No se ha invertido en salud, seguridad, educación, rutas, fortalecimiento industrial o en recuperar las PyMEs que tuvieron que cerrar. Tal como confesó Macri, se utilizó para pagarle a los bancos.

Una deuda de 100 años, una deuda histórica. La deuda más grande que ha entregado el FMI la tiene Argentina, contraída a espaldas del Congreso y del pueblo argentino, despilfarrada y cuyos autores tienen continuidad. Exfuncionarios que dan cátedra de cómo manejar una economía, qué hacer y cómo pagarle al FMI. Situaciones inauditas en un mundo del revés; donde la militancia opositora, tanto izquierda como derecha, se unen para militar contra un enemigo en común, y siempre pasando por encima las necesidades del pueblo.

Luego de más de 12 horas de sesión en el Congreso, se le dio media sanción al acuerdo entre el Gobierno y el FMI con 202 votos a favor, 37 en contra y 13 abstenciones. El Presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, aseguró en Ámbito que “este gobierno por sus principios, jamás hubiera recurrido al FMI, sino que recibió una autentica bomba de tiempo y debió sentarse a negociar con el organismo internacional”.
‘Deuda ilegítima e impagable’ es lo que más ha sonado en el debate público, pero aún así suele haber una cierta mirada poco objetiva mientras los grupos mediáticos intenten ocultar quienes son los verdaderos y únicos responsables de que se endeude nuestro país, poniendo en peligro nuestra soberanía e hipotecando nuestro futuro.

Ningún acuerdo con el fondo es bueno, pero peor fue haberlos llamado.