Caso Elías Garay. Capítulo 2: Y Diego Ravasio habló.

Segundo capítulo de la crónica de Selva Valdiviana acerca de la audiencia de formulación de cargos en contra de los presuntos asesinos del joven mapuche Elías Garay. En colaboración con FM Patagónica.

Audiencia de formulación de cargos contra Dievo Ravasio y Martin Feilberg.

Después de escuchar la hipótesis de la fiscalía sobre lo que sucedió (la hipótesis en pocas palabras: Ravasio y Feilberg fueron a Cuesta del Ternero con 2 armas de fuego, dispararon con intención de dar muerte a Gonzalo y a Elías. Elías murió. Gonzalo salió gravemente herido. Hecho ésto Ravasio y Feilberg huyeron), y después de que se dijera que los cargos debían ser por “Intento de homicidio y homicidio agravado por el uso de armas de fuego en categoría de coautores” (serían entre 10 y 28 años de prisión, si los condenan), se enumeraron las pruebas para formular esos cargos.

Increiblemente, el juez le tuvo que recordar permanentemente a la defensa que se trataba de la “formulación de cargos y no un juicio ni una investigación”. Fue luego de eso, y antes de que el juez se pronunciara al respecto de los cargos propuestos, que Estanislao Cazaux, el abogado de Ravasio, pidió que su cliente tuviera la posibilidad de hablar. Cosa que, por supuesto, se le permitió.

A Ravasio le cuesta decir de qué trabaja. Duda con su oficio y profesión. Finalmente resuelve con “forestación y desforestación” pero, logrado, inicia un relato orientado por las preguntas de su abogado: “Contá cómo fue ese día, qué hicieron, desde el principio, todo lo que pasó…”

Entonces, Ravasio relata que fueron con Fielberg a Cuesta del Ternero por “forestacion”, que dieron los datos en el control, que subieron y se pusieron a trabajar y que despues pararon a comer. Y que, cuando terminaron de comer, decidieron ir a ver si era cierto que había leña dura en aquel lugar donde estaba la lof porque les habían dicho que había mucha. Refiere que le dijo a Martín (Feilberg) “llevo la carabina” y entonces Martín dijo “¿para qué?” y él le contestó “para cazar algo” y así la conversación. Relata también que el policía del control le dijo que no había nadie.

Así iban, caminando, dice y empezaron a encontrar obstáculos: palos, alambres, maderas cruzadas y una bandera. Entonces vieron que tenían un dron encima y dijeron: “vámosnos por las dudas…” (le preguntan: “¿por las dudas de qué?”. Y el responde: “por las dudas de que no tuvierámos que estar ahí”.)

De pronto vio pasar algo blanco, relata y pensó que eran las chivas de Oyarzo… Su abogado le pide que aclare si Feilberg iba armado y el dice que no, que sólo él. De pronto, tuvo una sensación como si de atrás vinieran un montón de caballos… y al darse vuelta ve a 9 personas encapuchadas, amenazantes, cree que podian tener armas porque movían las manos y tenían algo, dice. Y entonces tuvo otra sensación, que no le gusta mencionar, comenta, pero era como que lo rodeaba una jauría de perros. Ahí su abogado se acuerda y le recuerda: “Y había un perro también, ¿no?”, “¿Cómo era el perro?”, “¿Cuáles eran las características físicas del perro?”. Y Ravasio describe al perro, que era como un dogo, pero más chico y manchado. Ravasio cuenta que lo amenazaban y que el sentía un miedo aterrador y que entonces le quisieron manotear la carabina y él resistió y no se las daba y la hizo así para arriba y la levantó y ahí salió un tiro, que no sabe a qué le habrá pegado, y se la tironearon para abajo y salió otro disparo y otra vez para arriba y salió otro.

La cuestión, que así de muertos de miedo como estaban y habiendo disparado su arma y sin que se la pudieran sacar se van mirando para atrás constantemente “viendo si nos querian agarrar”. Cuenta Ravasio que. llegando al auto. le pide a Feilberg las llaves y Feilberg le contesta: “te las dí a vos”. Entonces él que se había llevado las dos manos a los bolsillos buscando el llavero, se da cuenta que no tiene el arma y le pregunta a Feilberg: “¿y la carabina?”

Dice Ravasio que Feilberg respondió: “no sé”.

Durante el relato, el abogado de Ravasio cada tanto le preguntaba si pensó en matar a alguien y Ravasio decía que no, y cada tanto le preguntaba como se sentía en aquel momento de la secuencia, y si tenía miedo, y Ravasio decía que sí. Que se había sentido asustado y que tenía miedo.

Así las cosas, la fiscal Cendón le preguntó a Ravasio si había visto armas y Ravasio dijo que sí. Y la fiscal le recordó que antes había dicho que “creía” que tenían armas y Ravasio dijo que tenían algo negro en las manos y que lo movían para arriba y para abajo. Así que la fiscal le preguntó si conocía de armas y Ravasio dijo: “un poco”.

Y así, siguió entre lo que le había parecido y lo que creía haber visto. Le preguntaron por el auto y dijo que era un Fiat.
Y le preguntó qué andaba haciendo y dijo que forestación y desforestación. Y qué distancia habia entre la lof y lo que desforestaba y dijo que era el mismo terreno. Y que por qué justo fue a cazar liebres ahí, si el terreno era muy grande y dijo que porque estaba todo quemado, era todo pino quemado y no había ningún animal, ni liebre ni pato ni nada.

Le preguntó si sabía que había una comunidad ahí y dijo que sí, que en septiembre él había hecho la denuncia. “¿Y por qué ahora no hizo la denuncia de lo que pasó?” Porque se fueron por el Maitén y no había policía por ahí. Y le preguntaron por qué había pintado la patente del Fiat pero el juez ahí interrumpió porque habia objeciones, inteŕrupciones y esas cosas y puso orden.

Retomando, Arrien le preguntó por la carabina y Ravasio volvió a contar lo de las dos manos buscando el llavero. Palavecino, abogado de Gonzalo, le pidió que aclare para quién trabajaba porque no se había entendido. Era cierto. Cuando se lo preguntaron al principio todos escuchamos “para una empresa”. “¿Cúal empresa?” -zarazásimon- pareció que dijo Ravasio, y ahora dijo algo como “General Simón”. Entonces, Palavecino le preguntó quién era el dueño de la empresa, y Ravasio respondió: “Mi socio (Fielberg) y yo”.

Así habló Diego Ravasio antes de que hable Fielberg y, entre otras cosas, le agradeciera por haberle salvado la vida.

Por Selva Valiviana, para FM Patagónica, la radio que podés leer.

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