Hablemos de consumo: moralidad y otras drogas.

Hablar sobre el consumo de drogas hoy en día no es igual a como se trataba hace apenas 10 años atrás, la mirada de cierta manera pasó a ser un poco más compleja debido a muchos factores y entre ellos está la curiosidad del consumo que no precisamente conduzca a una severa adicción si se hace a través del consumo responsable. Pero, ¿a que nos referimos con consumo responsable?

Desde los inicios de la pubertad en la primaria ya se empiezan a tratar los problemas de la droga en adolescentes, siendo estos los que apuntan constantemente contra la insensibilidad social de la marginación habiendo solamente una mirada; la cual nos muestra a pacientes recuperados y como la droga influyó de mal manera en sus vidas, arruinándolas por completo y la única manera de salir es a través de una larga recuperación de la cual se sale con fe y mucha voluntad… ¿pero es esto tan así?

La misión cultural de una sociedad limpia y pura parece una utopía estructurada desde la base de lo puramente aceptable, bueno y formable, pero ¿para quién? Digamos que esa misión cultural no tiene bastante sustento si se tiene en cuenta la cantidad de años que se viene luchando contra lo mismo sin tener éxito, y gastando bastante dinero en publicidades, charlas, talleres y actividades teniendo como foco la desmotivación, porque la prohibición tajante nunca fue un éxito.

En 1917 se llevó adelante la Ley Seca en Estados Unidos y se sancionó con el pretexto que provocaba demencia, incitaba a los robos y ponía a la gente agresiva entre tantas otras cosas. ¿Pero esto lo provoca el alcohol? No, ¿es el ser humano un ser limpio en voluntad y virtud? Tampoco, el alcohol estimula de manera inconsciente lo que ya está en nuestro ser. La ley seca lo que menos hizo fue lograr disminuir el consumo de alcohol, ya que incitó al contrabando del mismo degradando en gran medida la salud porque lo que se contrabandeaba no era 100% bebida alcohólica.

”No se vende alcohol aquí” fuente BBC

Hasta en nuestros días donde ya no hay Ley Seca, incluyendo en nuestro país, el tema del alcohol se trata desde la perspectiva del daño que puede ocurrir alrededor de quién consume y como se perjudicaría la vida de uno si se consumiese en exceso, pero no se aborda el tema de la desmotivación porque sería en vano.

Países del primer mundo ya no abordan el tema de combatir la droga desde la desmotivación o la prohibición tajante porque sería ridículo seguir negando lo existente, no se puede invisibilizar una problemática de consumo excesivo y dañino cuando hay ciudadanos en barrios marginales que la única salida de una triste realidad es a través de una línea de merca y un cigarrillo de marihuana en un día común y corriente.

Gobernar desde la moralidad no es solución ni desde Argentina hasta Noruega. Es muy delgada la línea de lo moralmente correcto y lo moralmente incorrecto cuando haciendo una y no la otra la problemática sigue existiendo. Ocultar el consumo es ignorar que el gobierno es responsable de la muerte de niños, adolescentes y adultos en las villas por consumo tóxico de sustancias porque eso es lo que venden cuando lo consumible es ilegal, por consumir más barato no consumen ni el 15% del producto. Entonces, ¿sirve seguir invirtiendo excesivo dinero en desmotivar el consumo de la droga?

En el año 2009 en Argentina se despenalizó el uso de la marihuana para adultos siempre y cuando no perjudique a terceros, ¿pero esto es respetado? Damián Raña es un chico argentino que en 2019 estuvo casi seis meses preso por consumir marihuana medicinal, sí bien la reglamentación por uso medicinal no estaba un 100% asegurada, cumplía con el fallo del 2009. A través del decreto 883/20, la ley 27.350 establece su uso de investigación médica y científica del uso medicinal de la planta y sus derivados, pero esto ni siquiera tampoco es respetado ni para quienes están inscriptos en el REPROCANN.

imagen Clarín

El 25 de abril fue tendencia que la Dirección de Políticas para juventudes de Morón haya puesto un stand con panfletos sobre el consumo responsable, donde los principales consejos eran que si vas a consumir sea con responsabilidad, de a poco para ir conociendo y sabiendo tus limites y como reacciona tu cuerpo. El enojo que provocó en un sector que prefiere seguir viendo como tabú estos temas porque tiene miedo de ver un presente donde todos sean drogadictos, es patético, es seguir ocultando lo que está pasando y raíz de esto marginar a los que consumen, ni hablar de los que tienen que vivir en una clandestinidad cultural por caer en la adicción de drogas completamente tóxicas.

El día de ayer en nuestro país, 6 de mayo, ocurrió algo histórico. Con 155 votos a favor, 56 negativos y 19 abstenciones, la Cámara de Diputados de la Nación le dio media sanción al proyecto que legaliza la marihuana medicinal y el uso del cáñamo para la industria argentina. Una lucha inmensa, con años, con diferentes proyecciones para lograr que los que necesitan la marihuana para usos médicos ya no lo hagan en la clandestinidad.

Miles de niños y niñas, adolescentes, adultos y ancianos (entre los ancianos se incluye mi abuela) que vienen luchando por poder gozar de los usos médicos de la marihuana para tratar sus dolores y problemas de salud que vienen arrastrando con los años. Tantos años ignorando los beneficios, ignorando un bien común por gobernar a la gente desde la moral, sin ser conscientes que de esa manera tan profana se arruinaban más vidas de las que se pretendían salvar. Argentina hoy en día se está transformando en un país cada vez más inclusivo con justicia social, abordando las miradas transformadoras dejando atrás la medrosidad con la que se actuaba.
La mejor manera de afrontar una problemática no es desde la especulación, es desde la raíz, dando a conocer y no excluyendo los consumidores, ignorando e invisibilizando lo cotidiano.

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